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Durante siglos, el té ha sido parte integral de la vida diaria de los marroquíes. El té en Marruecos no es solo una bebida, sino también un patrimonio cultural antiguo y un arte social distintivo que combina hospitalidad, tradiciones y herencia.
El té se introdujo en Marruecos en el siglo XVIII a través de la famosa ruta comercial del té que conectaba Marruecos con los países del este de Asia, especialmente China. Desde entonces, el té se ha convertido en un elemento esencial de la cultura marroquí.
Beber té en Marruecos no es solo un hábito, es una experiencia social que reúne a familiares y amigos. Grupos de personas se reúnen alrededor de mesas de té en todos los rincones de Marruecos, intercambiando conversaciones, historias y disfrutando de la atmósfera pacífica y amigable.
A lo largo de los siglos, los métodos de preparación y servicio del té en Marruecos han evolucionado para convertirse en un arte y una celebración. Desde el método tradicional de preparación del té en Marruecos hasta los rituales especiales de verter el té desde una altura para agregar espuma, todos estos elementos añaden a la experiencia de beber té en Marruecos un encanto único y distintivo.